Hace mucho que no hablamos de terminales en Curiosidades, por eso hemos decidido hacer un viaje relámpago a la bella Italia para mostrarte una de las más importantes del país: la Estación Central de Milán.
Una estación con mucha historia
La primera Estación Central de Milán, ubicada en la actual Plaza de la República, fue construida en 1864. Diseñada por el arquitecto francés Louis-Jules Bouchot, servía para reemplazar a las terminales de Porta Tosa y Porta Nuova, aunando todas las conexiones de la ciudad.
Sin embargo, a principios de siglo el edificio ya no tenía capacidad suficiente para el flujo de viajeros que llegaban a la capital lombarda, cantidad que había aumentado notablemente tras la apertura del Túnel de Sempione en 1906.
Por eso, ese mismo año, el rey Víctor Manuel III colocó la primera piedra de la que sería la nueva Estación Central de Milán a pesar de que el proyecto no estaba entonces completamente definido.
De hecho, no fue hasta 1912 cuando se licitó la construcción del edificio, quedando a cargo del arquitecto Ulisse Stacchini.
El proyecto avanzó con lentitud por la crisis económica italiana que produjo la Primera Guerra Mundial y, de una base simple en inicio, cambió en numerosas ocasiones, volviéndose cada vez más complejo y majestuoso. Esta tendencia se vio acentuada con la llegada al poder de Benito Mussolini, quien quería que la estación representara el gran poder del régimen fascista.
Finalmente, la nueva Estación Central de Milán se inauguró el 1 de julio de 1931, momento en el cual la antigua dejó de estar operativa.
Los principales cambios de la terminal
Sin embargo, los cambios en la nueva Estación Central de Milán tardaron poco en llegar: ya al final de la Segunda Guerra Mundial se hacían evidentes algunos elementos inadecuados que contrastaban con las estaciones construidas en aquellos años, como Roma Termini o Santa María Novella de Florencia. Y es que, aparte de la estética del edificio, muy diferente al gusto de la época, fue muy criticada la poca accesibilidad a las vías (no estaban al mismo nivel que las calles del exterior). Por eso en 1952 se instalaron una serie de escaleras mecánicas que conectaban los diferentes niveles.
Un año más tarde se abrió un nuevo concurso para modificar radicalmente la terminal, pero finalmente el proyecto no salió adelante porque en los 60 la nueva estación de Porta Garibaldi empezó a robarle importancia.
Los últimos cambios de la Estación Central de Milán llegaron en un proyecto de 2006, cuando se anunció una inversión de 100 millones de euros para la restauración de las áreas de mayor valor artístico y la mejora de la accesibilidad y la funcionalidad del edificio.
Sobre el estilo arquitectónico
En cuanto al edificio en sí, cabe decir que los diseños iniciales se basan en los de la Union Station de Washington y que tiene un estilo algo indefinido que recuerda especialmente al Art Deco y Art Nouveau, pero no sólo a ellos.
Cuenta con una enorme fachada de 72 metros de alto y 200 metros de ancho, todo un récord en su momento. Pero quizá lo más característico son sus grandes cúpulas de acero que cubren las 24 vías, obra del arquitecto Alberto Fava.
Los grandes ambientes de la Estación Central de Milán recuerdan la arquitectura clásica romana, con cemento decorativo que imita al mármol y diferentes elementos decorativos.
Como curiosidad, decir que en el andén 21 se encuentra la «Sala Real», la sala de espera de la familia Saboya y su corte.
Importancia durante el fascismo
Ese mismo andén, el 21, fue usado durante la Segunda Guerra Mundial, en los años de la República Social Italiana para trasladar a los judíos del país a los diferentes campos de concentración. La primera vez que se utilizó con este fin fue el 6 de diciembre d 1943, y la última, el 21 de mayo de 1944.
Para no olvidarlo, en el año 2010, en el marco de los últimos cambios de la Estación Central de Milán, se inauguró en el andén 21 el Memorial de Shoah.
La Estación Central de Milán en la actualidad
En la actualidad, la Estación Central de Milán es la segunda más importante de Italia, sólo superada por Roma Termini, y por delante de Turín Porta Nouva.
Sus 24 vías ofrecen rutas nacionales e internacionales que dan servicio a una media de 330.000 viajeros al día.