Sierra Leona es un país devastado por la guerra civil y el ébola que podría tener al ferrocarril como motor de su futura recuperación.
El ferrocarril británico en Sierra Leona
Hasta el año 1975, Sierra Leona aún tenía una red ferroviaria nacional, consistente en casi 500 kilómetros de líneas que recordaban su pasado como colonia británica. Pero también vehículos, locomotoras construidas en Yorkshire y transportadas en barco hasta el país africano que aún circulaban.
Sin embargo, a mitad de los 70 los talleres cerraron y los servicios se interrumpieron, quedando gran parte del material móvil reducido a chatarra y otra parte, escondida en un rincón.
Un viejo guardagujas, dos Hunslet de vapor, cuatro Hudswell Carke diésel, una locomotora Beyer Garratt y algunos coches de viajeros, incluyendo uno construido para la reina Isabell II (que debía visitar el país en 1961), fueron descubiertos en 2002 por las fuerzas pacíficas británicas. Algunas de las piezas se creyeron perdidas durante la guerra civil de Sierra Leona, pero no sólo sobrevivieron, sino que jugaron un papel importante en el conflicto, sirviendo de refugio a 10.000 personas que habían convertido los talleres en su hogar temporal.
Surge la idea de crear un museo ferroviario
De las piezas encontradas, la compañía galesa Welshpool & Llanfair Railway compró cuatro coches y una locomotora, pero el resto se quedó en el país africano.
En el transcurso de los años siguientes, se trabajó con esmero para recuperar esta parte de su herencia ferroviaria, hasta que en 2005 se inauguró el Museo Nacional Ferroviario de Sierra Leona.
Para desarrollar el proyecto, con el objetivo de convertirlo tanto en una fuente de turismo para el país como en una plataforma para difundir el conocimiento ferroviario, se creó en el Museo Ferroviario Nacional de Reino Unido (en York) una iniciativa que sirviera para dar acceso a la sala de Sierra Leona a la información de ferrocarril británico de la época. Pero no sólo eso; desde Inglaterra también viajaron a África varios voluntarios para ayudar con el mantenimiento de los vehículos y mejorar la colección.
Obstáculos en el camino y opciones de recuperación
Sin embargo, diversas circunstancias, como el brote del ébola vivido en los dos últimos años, han impedido al Museo de Sierra Leona despegar. Por ejemplo, el pasado mes de mayo la locomotora más antigua del Museo cumplió 100 años, pero no se pudo celebrar debidamente por las condiciones que atravesaba el país.
Ahora se espera que, con la epidemia retrocediendo, se pueda finalmente invertir en esta fuente de turismo para Sierra Leona.
Desde el Museo Ferroviario Nacional Británico, afirman que este material ferroviario británico «ayudó a construir una nación a miles de kilómetros de Gran Bretaña. Ahora, 100 años después, estas máquinas pueden ayudar una vez más a reconstruir el país y las vidas de sus habitantes».
Están convencidos que, con la ayuda británica, se puede poner en marcha un proyecto ferroviario con objetivos también humanitarios mediante «la creación de enlaces culturales, educación, creación de empleo e inversión directa».
También espera que la industria ferroviaria apoye la causa, haciendo posible el desarrollo y despegue definitivo del Museo Ferroviario Nacional de Sierra Leona.
Sobre Sierra Leona: guerra civil y ébola
El 30 de abril de 1992, El Consejo Provisional del Gobierno Nacional (NPRC), dirigido por el capitán Valentine Strasser, dio un golpe de Estado y se hizo con el poder gubernamental. En enero de 1996 fue derrocado por el golpe militar dirigido por el diputado Julius Bio, quien procedió a la organización de elecciones libres que serían ganadas, en marzo de ese mismo año, por un civil, Ahmad Tejan Kabbah, hasta mayo de 1997, en que fue derrocado más tarde por un golpe militar, este último encabezado por Johnny Paul Koroma.
Mucha de la inestabilidad de los regímenes desde el golpe de Strasser en 1992 puede atribuirse a la prolongada guerra civil que empezó en marzo de 1991. Una rebelión, dirigida por Foday Sankoh del Frente Revolucionario Unido, que acabó afectando a la mayor parte del país africano. Desde entonces, y hasta el final de la guerra en 2002, murieron casi 15.000 personas y casi la mitad del país, unos 2 millones, se convirtieron en refugiados huyendo del conflicto.
En cuanto al ébola, Sierra Leona es uno de los países africanos que sufren la epidemia. Con el brote descubierto en marzo de 2014, fueron los meses de aquel verano los que más muertes produjeron, llegando a desbordar a las autoridades sanitarias y obligando a establecer el toque de queda y restricciones en aeropuertos. Aunque aún se siguen descubriendo casos, parece que la situación comienza a controlarse.